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"Hay quien se siente más a gusto pensando que la transexualidad supone tener un cuerpo equivocado"

El doctor en Sociología Lucas Platero hablará hoy en el IVAM sobre política y genealogía transgénero

"Hay quien se siente más a gusto pensando que la transexualidad supone tener un cuerpo equivocado"

El doctor en Sociología y Ciencias Políticas por la UNED y docente en intervención sociocomunitaria y en el programa de máster de Salud Mental Colectiva de la UOC Lucas Platero participa hoy en la Cátedra de Estudios Artísticos. Siglos XX/XXI, en el Institut Valencià d´Art Modern (IVAM). La charla de Platero, «Políticas y genealogías trans», forma parte la actividad #IVAMdiversitat, que el museo propone hasta el sábado con motivo del Día Internacional del Orgullo LGBTIQ que se celebra hoy.

Para Platero, que la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras mucho tiempo de deliberación, haya dejado de considerar la transexualidad como enfermedad mental «es un paso importante, si bien cambiar una categoría diagnóstica por otra un tanto menor (incongruencia) se puede entender como una oportunidad perdida para un cambio verdaderamente transformador», explica a Levante-EMV. «Es vital que se entienda que hay procesos que experimentamos las personas que requieren de un apoyo sanitario y quisiera pensar en algunos ejemplos. La infancia, el embarazo o menopausia son procesos vitales que requieren de un apoyo sanitario, pero no por eso implica que sean por sí mismos procesos patológicos. Por otra parte, muchas de las necesidades de apoyo psicológico que vivimos las personas trans tienen más que ver con el daño que causa la transfobia y la discriminación». «Hay quien se siente más a gusto pensando que la transexualidad supone tener un cuerpo equivocado, pero este enfoque no hace sino moldear qué reconocemos como normal en términos binaristas. Esta es la función que cumple la noción médica de transexualidad, no cuestionar que hemos depositado culturalmente en la diferencia sexual una situación de segregación que pone a las mujeres en un lugar precario y vulnerable. Refuerza la idea de que unos cuerpos están bien mientas que otros son erróneos o son secundarios. Aunque cambien las categorías diagnósticas, hay muchas maneras de transmitir que algunas personas no encajan en el binarismo de género y que sus vivencias son patológicas».

Respecto al respaldo al colectivo, el doctor señala que «no siempre ha tenido el apoyo necesario de los movimientos de liberación homosexual en los años 70 y 80, y más tarde los colectivos LGTB. Pensemos en la imágenes icónica de la fotógrafa Colita de la manifestación por la liberación homosexual en las Ramblas de Barcelona en 1977. Retrata bien una relación de movimientos sociales que ha tenido conflictos. Esa manifestación fue encabezada por mujeres transexuales y hombres afeminados, así como otras personas que no representaban ´la imagen más respetable de la homosexualidad´. Hay una necesidad de recordar a estas pioneras, que recibieron una importante represión por parte de la policía, y que son a menudo la parte más vulnerable de la diversidad sexual y de género entonces y ahora».

A esto añade que «es frecuente que las demandas más visibles de los colectivos LGTB se centren en movilizaciones que aportan más derechos a los varones gais, a veces a las lesbianas, pero que no siempre benefician a las personas más vulnerables, como pueden ser las personas trans. Ha costado mucho que los colectivos LGTB se movilicen más allá de demandas como el matrimonio entre personas del mismo sexo y las parejas de hecho. Con el tiempo, dichos colectivos han ido incorporando algunas de las demandas de las personas trans, si bien falta un verdadero cuestionamiento del binarismo de género, así como de la representatividad de la lucha trans en estas organizaciones o de liderazgo trans en su seno», concluye.

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