Medio siglo largo de imaginación y talento

El talento envolvente e imaginativo de Artur Heras (Xàtiva, 1945) se concentra hoy en cuatro emblemas del patrimonio local. Y lo hace a través de ese recorrido cercano a la antología que es Sura com el desig i el destí en la memòria, o dicho de otra forma: una reunión de obras muy aproximada a lo que sería un compendio riguroso de los 55 años de carrera del pintor e ilustrador: desde Nit i carros, premio de la Fira d'Agost de 1963, hasta Sant Bertomeu ens mira, de 2019, que pertenece a la producción alumbrada ex profeso para esta exposición en la parte de ella dedicada a José de Ribera. Otra manera de resumir esa trayectoria es la obra de obras 365+1, una selección indivisible de 366 cuadros pequeños propiedad del coleccionista Vicente Quilis y que reúne obras que van de los primeros sesenta a 2016.

Heras dijo ayer, en una presentación a los medios, que esta «utilización de espacios del casco histórico es un privilegio», y destacó especialmente Sant Doménec, «ya que posee una envergadura que lo hace muy singular» como sala de exposiciones. También adelantó que durante los dos meses que dura la muestra (hasta el 29 de mayo) tiene la intención de poder presentar una biografía de Ribera ahora todavía en fase de edición. La muestra se inaugura hoy a las 20 horas. Sant Doménec es el punto de partida. Pero la exposición recala también en el Palau de l'Ardiaca, en la capilla de la Asunción del Hospital y en el Museu de Belles Arts-Casa de l'Ensenyança.

El grueso de la muestra se sitúa en la antigua iglesia de Sant Domènec, el Gran Teatro de la infancia de Heras. Las características del edificio permiten la exhibición de grandes lienzos pertenecientes a series como No Ficció, expuesta en 2017 y en 2018 en el Centro Cultural La Nau de la Universidad de Valencia y en Perpiñán. Preside el espacio el gigantesco L'evidence eternelle, una pieza de nueve metros de altura datada en 2005 que Heras firma de nuevo en 2018 ya que ha intervenido sobre el cuadro revisando así la obra original. «La he rehecho. Aunque no me guste el término, se puede decir que la he repintado. Tiene como origen una obra de Magritte, el cuadro de una mujer fragmentada. Tenía un cierto miedo a que fuera demasiado totémica, pero ha quedado bien; el resultado es, creo, muy bueno. Es la primera vez que la veo así», dijo en referencia a la verticalidad con la que se exhibe el cuadro.

La obra del Hospital (el espacio más reducido del recorrido) se compone de pinturas y dibujos en torno a la figura del que fue profesor y amigo de Heras, Alfons Roig. Abarca desde dibujos preparatorios hasta las ilustraciones definitivas para el libro de ambos Ronda dels veïns de l'ermita, que recibió del Ministerio de Cultura el premio del mejor diseño del año 1985. Se trata de un paseo por el paisaje y los árboles de la ermita de Llutxent. En este lugar Heras ha colocado arriba de Ne venir jamais ce tableu, de 2000, Prèstec, de 1995, una pieza en hierro pintado. «Es una clara muestra de que a veces, la dificultad es una oportunidad. Y este espacio me permitía situar ambos cuadros de esa manera», contaba ayer en su recorrido.

En el museo de la Casa de l'Ensenyança se puede ver una selección de obras de varios períodos en las que el motivo referente es Xàtiva y su influencia, además de aquellas obras en las que Heras plasma imágenes de algunos vecinos de la calle Ànimes, en la que nació y pasó su infancia. También se exponen los grabados pertenecientes a series como La crema de Xàtiva, Homenatge a Picasso, Lligat i lacrat e Imaginari.

La exposición está comisariada por Antoni Martínez, y está producida por el Ayuntamiento de Xàtiva. Cuenta con el patrocinio de la Generalitat Valenciana, Inelcom Technology, Hinojosa Packaging y el centro cultural À Cent Metres du Centre du Monde, de Perpiñán. Coordina el proyecto Anna G. Galindo, y coordina los espacios de la muestra el director de los museos de Xàtiva, Angel Velasco. Se ha editado un exhaustivo catálogo de 167 páginas (coordinado por Heras, Martínez y Pablo Mestre; con diseño y maquetación de Pablo Mestre y Juliane Petri) que cuenta con textos de Raquel Baixauli, Fina Cardona-Bosch, Toni Cucarella, Anacleto Ferrer, Vicente Pla y el propio Antoni Martínez.